Duele entrar en la adolescencia y pasar por todos los cambios que la vida trae, es inevitable vivirlos, todos hemos sentido y sufrido amores de adolescentes unos más fáciles que otros y sobrevivimos a los encuentros y desencuentros, pero si tienen un hijo con TDAH, todo será exhacerbado, pues para ellos no hay término medio, viven al extremo, es decir aman con una fuerza inusitada que ellos mismos ni cuentan se dan, se entregan y confían en el otro/a y viven a mil por hora. Su impulsividad los puede llevar a cometer errores de los que luego se arrepienten, pero ya la otra persona no confía en ellos o inclusive la familia interviene para evitar que la pareja se siga viendo.
Esa es la vida que nuestros hijos deberán vivir y para la que necesariamente tendremos que prepararlos, es importante inculcarles principios y valores que en momentos dificiles saldrán a relucir, ayudandolos a entender el porque las cosas se dan en determinada forma.
Los padres y demás familiares debemos estar atentos a las reacciones de estos muchachos/as, saliendo al paso para conversar con ellos, con mucha honestidad, pues la sensibilidad brota a flor de piel.
Padres y madres:
- Estén atentos
- No los dejen sufrir solos
- Planteen estrategias para que puedan resolver sus conflictos.
- Deben desarrollar habilidades sociales.