Lo que más abunda en la actualidad son escuelas, por ello es fácil equivocarse en el proceso de selección y ello no solo le ocurre a un padre primerizo sino también a uno con cierta experiencia en la materia. Muchos colegios no informan por completo de todas sus bondades y solo cuando se acude a una cita uno puede saber realmente la calidad de sus servicios.
Hace unos meses empezamos la busqueda de una nueva escuela para nuestro hijo adolescente, tocamos muchas puertas y nos rechazaron en la misma medida, hasta que llegamos a un lugar en el que fuimos recibidos en una forma distinta: se respiraba cordialidad en el ambiente, cualquier padre que se encuentre en esta situación debe sentir el buen trato desde el inicio y si es un padre con un TDAH con mayor razón, pues son muchos los momentos duros que ha tenido que pasar a lo largo de los años.
El cambio de escuela era inevitable, para alegría de todos el hecho se asumió con mucha entereza y con esperanza que el cambio dará sus frutos, pues es un empezar con otras personas que por no conocerlo le darán una segunda oportunidad, la que en estos momentos es muy necesaria.
Afrontemos las situaciones difíciles y complejas y no tengamos temor al cambio, al mantenerse la familia unida esta presta su ayuda con total entrega.
